En este post vamos a hablar sobre una prácticas inclusivas que son la eliminación de barreras.
Aplicar las culturas y las políticas inclusivas en la práctica de los centros y las aulas escolares significa enseñar con éxito a todos los alumnos en una aula diversa y heterogénea y esto exige tres actuaciones centrales, que aglutinan otras muchas, pero que pueden explicarse a partir de estas:
a) Eliminación de barreras para el aprendizaje y la participación para promover el equilibrio entre la diversidad y la pertenencia:
La adaptación del proceso educativo a las necesidades de todos y cada uno de los alumnos exige modificar antiguas ideas y valores para promover contextos que permitan trabajar en un mismo espacio sobre un mismo tema a alumnos diferentes que realizan actividades y aprendizajes diferentes con la misma valoración. Para conseguir este objetivo se tiene que planificar la actuación educativa para todos los alumnos del grupo, partiendo del común para abrirse a la diversidad y no al revés, como estamos acostumbrados a plantear.
Eliminar las barreras que impiden la participación de todos los alumnos en las actividades del aula significa rechazar todos los programas y planteamientos que
discriminan y segregan determinados alumnos y que por sí mismos ya constituyen una barrera a la igualdad de oportunidades. Tenemos que plantear actuaciones presididas por el equilibrio entre el respecto a la individualidad de cada uno de los alumnos, con su idiosincrasia, es decir, con sus necesidades y capacidades propias y diferenciales de cualquier otro con la pertenencia a un grupo como miembro de pleno derecho, en el cual se desarrolla, se lo valora, se siente partícipe y obtiene éxitos en su proceso de aprendizaje.